viernes, 21 de enero de 2011

El gobierno de Macri desvirtúa la aplicación del código de construcciones: Permite, no obliga

http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&dis=1&sec=1&idPub=209958&id=398617&idnota=398617

Prosigue la nota con Gerardo Gómez Coronado, Defensor Adjunto de la Ciudad de Buenos Aires con competencia en problemas urbanísticos.



Pregunta: ¿Cuáles son las zonas en las que se impulsó el modelo constructivo destinado a los sectores más pudientes?

La primera saturación se da en lo que se denomina Barrio Norte que incluye el barrio de Recoleta: agotada la ocupación de esa zona, donde escasean los terrenos disponibles, hubo un corrimiento del negocio inmobiliario hacia Palermo, zonas de Belgrano y a medida que se agotaban los lotes vacantes, se fue extendiendo hacia Caballito, Villa Urquiza, Coghlan y otros barrios.

En realidad la única zona originalmente planificada para contener y fomentar ese tipo de desarrollo inmobiliario fue Puerto Madero, porque, nos puede gustar o no, fue un barrio planificado que se supo desde el inicio que estaba destinado a edificaciones de oficinas, servicios y vivienda para clase media alta.

En cambio, para Palermo Viejo, Belgrano, Coghlan, Villa Urquiza o Caballito, no hubo planificación: fue la propia dinámica del mercado inmobiliario que encontró lotes baratos o, lo que fue mucho peor, que produjo una oleada de compra de casas de una o dos plantas no para reciclarlas sino para demolerlas y luego construir edificios.

Y eso ya es otro problema: la Ciudad ha perdido una parte importante de su patrimonio edificado. Mientras el gobierno deja hacer y participa en este nuevo perfil de negocios inmobiliario y constructivo, y digo participa porque, al menos, autoriza a lapicera alzada los permisos de obra, los vecinos se tuvieron que hacer cargo de la racionalidad ausente en la gestión del gobierno y mediante la protesta lograron instalar en la agenda política de la ciudad el tema de la construcción indiscriminada. Gracias a los vecinos es que se sancionaron varias leyes en los últimos años destinadas a proteger zonas y edificios o que limitan las alturas edificables.

Pregunta: Usted explica que según sea el modelo constructivo que predomine, así será el perfil de ciudad. ¿Cuál es, hoy, el perfil de la ciudad de Buenos Aires?

Respuesta: Se está organizando un perfil de ciudad muy distinto al pretendido y en gran parte característico de Buenos Aires que se jactó de ser una ciudad policéntrica, socialmente democrática y homogénea. Por el contrario, se está consolidando un tipo de ciudad con barrios “altos” y “bajos”, donde se descuida el espacio público. Funcional a este perfil de ciudad partida, desmembrada urbanística y socialmente, es la actitud “fisiócrata” que tiene el Gobierno de la Ciudad para dar permisos de construcción y/o para regular el uso del espacio público.

Pregunta: ¿Por qué fisiócrata?

Respuesta: Durante el siglo XVIII, principalmente en Francia, surgió esta corriente de pensamiento que en contraste con el mercantilismo (que propugnaba la acumulación de metales) entendía que la riqueza de las naciones provendría de la explotación de la tierra, y que para que ello fuera posible la actitud del Estado debía ser meramente pasiva: “laissez faire”, es decir “dejando hacer”.

Pregunta: Buenos Aires, entonces, está dejando de ser lo que fue: una ciudad abierta en la que el espacio público era considerado un bien común.¿Cómo reaccionan los vecinos ante cambios tan profundos?

Respuesta: Con movilizaciones espontáneas. Es una corriente de participación vecinal que en los hechos viene a ponerle un freno a la decisión de permitir que el mercado gobierne la ciudad de Buenos Aires. En los últimos años fueron floreciendo en cada uno de los barrios afectados resistencias vecinales al modelo constructivo dominante.

Las motivaciones de las movilizaciones vecinales son variadas: algunas tienen que ver con la estética, otras con la forma de vida, otras con la infraestructura o con el colapso de los servicios; todo eso se juntó y produjo un movimiento vecinal que hizo posible que el límite a la voracidad inmobiliaria lo pusieran los propios vecinos.

Pregunta: El ejecutivo de la ciudad no responde a las demandas vecinales. ¿La administración judicial tiene una actitud similar?

Respuesta: Así como mencionamos la profusión de normas legislativas que se dieron en los últimos años en consonancia con los reclamos ciudadanos, lo cual nos habla de una buena productividad de la Legislatura, debemos destacar que la Justicia de la Ciudad se hizo eco de las demandas vecinales asumiendo una posición más que pro activa en defensa de los intereses ciudadanos ya que hizo lugar a numerosos recursos de amparo y medidas cautelares que frenaron obras perjudiciales para la calidad de vida de los porteños.

Pregunta: Una herramienta para gestionar conflictos, sobre todo como los que Ud. informa, es la audiencia de conciliación: ¿se utiliza esa alternativa en la ciudad?

Respuesta: Sí, y en esas audiencias de conciliación, el Gobierno ha planteado que no puede hacer nada porque los proyectos sobre los que los vecinos han reclamado, están de acuerdo con los Códigos de Edificación y de Planeamiento Urbano. Y aquí chocamos con una falsedad ya que los códigos permiten pero no obligan.

Y además, habilitan para esos casos los llamados convenios urbanísticos que, es notable, este Gobierno ha firmado, y varios, pero siempre a pedido de los privados que presentaron las solicitudes de autorización de obras. Los convenios urbanísticos son acuerdos que puede firmar el ejecutivo con desarrolladores inmobiliarios.

Por ejemplo, el de la zona del Warnes que se suscribió en el año 2000 entre el Gobierno de la Ciudad y la empresa Carrefour, empresa que se comprometió a construir una escuela media, que está funcionando, en la avenida Chorroarín y Warnes y también colaboró en la construcción de un paso bajo a nivel que actualmente existe. El actual gobierno de la ciudad no utiliza ese instrumento, herramienta que le permitiría cambiar, por ejemplo, autorización de obra por disminución en la altura de la construcción.

Pregunta: ¿Los convenios urbanísticos resultan de los usos y costumbres o están contemplados en alguna norma?

Respuesta: Están contemplados en la Sección 8 del Código de Planeamiento Urbano y además son promovidos por el Plan Urbano Ambiental de la Ciudad.

Pregunta: Existe la normativa que posibilita buscar una situación de equilibrio entre vecinos y desarrolladores inmobiliarios pero no se la aplica…

Respuesta: Exactamente. Y es más, ese instrumento normativo es sólo uno de los recursos que tiene el Gobierno para solucionar los conflictos originados por la aplicación de un código de planeamiento urbano que choca contra la calidad de vida de los vecinos.

1 comentario:

  1. yo vivo en uno de los departamentos en Recoleta pero toda mi vida estuve en Urquiza, espero que siga todo bien en el barrio y no lo sigan destruyendo con esas obras.

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